Los moriscos. El Adiós a un sueño.-

Granada antigua y el reino nazarí.-
(Por Manuel Fernando Estévez Goytre).-

XX -Los moriscos. El adiós a un sueño.-

Boabdil, acorralado por los Reyes Católicos, firma las capitulaciones a final de 1491. Consigue, no obstante, que Isabel y Fernando prometan una serie de condiciones ventajosas para su pueblo, como la continuidad de la práctica de su lengua, sus tradiciones, su indumentaria y su religión. Pero todas las promesas acaban en agua de borrajas cuando se hace realidad la entrada de los cristianos en Granada.

Hernando de Talavera, primer arzobispo de Granada, inicia el proceso de conversión de los musulmanes para dejar poco después esta labor en manos del cardenal Cisneros, que utiliza métodos más violentos que su antecesor.

Los moros, sintiéndose engañados, matan a un oficial del cardenal y se levantan en el Albayzín, llegando la rebelión hasta las Alpujarras. Pero los reyes, en venganza, dictan un edicto por el que se ordena la conversión o expulsión de todos los musulmanes del reino de Granada, exceptuando a los niños. Los mudéjares, en consecuencia, tienen que bautizarse y adoptar nombres cristianos.

Mediado el siglo XVI, el rey prohíbe el uso de la lengua y las costumbres musulmanas, y poco después, en 1568, los moriscos se levantan en la Alpujarra, siendo su líder Francisco de Córdoba y Válor, nacido cristiano en Granada, caballero Veinticuatro del cabildo y descendiente del califa de Córdoba. Este retoma su nombre árabe, Aben Omeya (Abén Humeya), y es proclamado rey en las cercanías de Narila, nombrando alguacil mayor a Farax Aben Farax. Un año más tarde es asesinado en Láujar de Andarax, siendo su primo Aben Aboo quien accede al trono.

La rebelión es apoyada económicamente desde Argelia y de los 4.000 insurgentes que la siguen en 1.569 pasan a ser 25.000 en 1.570 (incluyendo bereberes y turcos, que se alistan en sus filas para debilitar al rey). La guerra comienza con incursiones y emboscadas, ya que la mayor parte de los tercios se encuentra guerreando en los Países Bajos. Tiempo después Aben Abbo es apuñalado en una cueva de Bérchules por sus seguidores, que no tardan en retroceder ante las huestes cristianas.

Acabada la contienda, los moriscos de Granada son dispersados por Castilla, Galicia, Reino de León, la Mancha y el resto de Andalucía. Sin embargo, la mayor parte de ellos marcha al norte de África, datándose la expulsión definitiva en 1609, bajo el reinado de Felipe III.