Los 2,10 m. de David Altolaguirre no sirvieron para que el equipo de basket lo fichara. Pero el pívot no era de los que se quedan de brazos cruzados y decidió seguir luchando por su carrera deportiva. Semanas después, recurrida la negativa al presidente del club, la contestación fue un nuevo rechazo en sus aspiraciones. El último cartucho a quemar fue el concejal de deportes, ex-jugador de la selección nacional, que por fortuna solo medía 2,09 m.