Overblog
Edit post Seguir este blog Administration + Create my blog
Delirios de autor (el blog de Manuel Fernando Estévez Goytre)

Blog dedicado al autor Manuel Fernando Estévez Goytre y su obra

"Amanece"

Publicado en 8 Agosto 2013 por deliriosdeautor

- Amanece -

 

Amanece al lado del mar. Amanece y observo tus ojos cerrados, relajados, tu vientre plano meciéndose merced al ritmo que tu respiración, solo tu respiración, le dicta. ¡Amanece! Recuerdo con satisfacción la lluvia de la última noche. Fue una lluvia suave y paulatina, placentera. Una gota. Una caricia. Sábanas que se humedecen y se arrugan bajo la calidez de nuestros cuerpos desnudos. El sol se acaba de poner y solo quedan unos débiles destellos rosáceos que pugnan, se deshacen por robarle un minuto a la noche, que aún aguarda joven e inexperta sobre el regazo del universo. La agradable brisa de septiembre entra por la ventana semiabierta de nuestra alcoba y trepa por mis piernas con premeditación y alevosía. Mi cuerpo vibra. Mi piel se estremece. El vello de mis brazos se eriza. Deslizo mi mirada a través de la habitación hasta llegar a la ventana. ¡El cielo! ¡El paraíso! Cierro los ojos e imagino unas letras doradas flotando bajo la bóveda celeste. ¡Ágata! Nombre de piedra preciosa. Nombre noble, como tú. El sirimiri aumenta a medida que nuestra pasión se desboca y toma unos matices rayanos en lo genital. De repente, la vida cobra sentido y las puertas del edén se abren para nosotros. Huele a humedad. Las gotas que chocan contra los cristales forman una penumbra que baila sobre la piel de tu rostro y bucea en la redondez de tus pupilas. Brillan por sí mismas. Estás hermosa. ¡Muy hermosa! Quizá más que nunca. Auténtica. La humedad, una carrera de fondo dulce y pasional, me deja sin aliento durante unos minutos. Después, la relajación. El sueño. La entrega. La calma. Al despertar observo tu cuerpo. De nuevo tu cuerpo. Abres el primer ojo y cae la primera gota. Al abrir el segundo la lluvia cálida se desboca en el exterior, y las gotas se rompen, y se precipitan sobre el suelo del jardín, y se destrozan contra él, y no tardan en alcanzar nuestro lecho, que se deshace en un maravilloso nido de amor. De  nuevo la pasión. De nuevo tu piel sobre mi piel. De nuevo tus labios sobre mis labios. De nuevo tú. Amanece, y la lluvia me lleva hacia ti. ¡Amanece!

 

 

Comentar este post